COSMOS ATOMICAE

sobre la historia de la cultura humana y la evolución del pensamiento científico

Paleolítico 4: La Tierra es una bola.

Se llama Baitla. Es muy ágil, tiene un cerebro enorme y vive en la Región de los Lagos Willandra, cerca de Nueva Gales del Sur, en Australia. Pero estos nombres le resultan extraños. Ella utiliza otras palabras.

Baitla siente debilidad por la mujer anciana que camina a su lado. Para aprovechar el frescor de la noche, salieron del poblado justo cuando el Sol se escondía. _ ‘Aquellas montañas son las montañas del ocre’_ dijo la mujer anciana _ ‘Llegaremos antes del amanecer’_ A Baitla le gusta untarse el cuerpo con ocre y no le importa el cansancio del viaje mientras la mujer sabia esté con ella. A un lado y a otro el espacio es inmenso. Sólo las estrellas en el cielo y el páramo blanco que resplandece bajo la luz de la luna. Al fondo del páramo, la montaña del ocre. Al principio, Baitla sólo puede ver un pedazo de su cumbre pero, a medida que se acercan, la gran mole de roca parece emerger, lentamente, de la tierra plana.

Han pasado casi 60.000 años desde que la sapiens Baitla observó por primera vez lo que sucedía al acercarse a la montaña del ocre. Su anatomía, su genética y su grado de cognición eran similares a los nuestros, lo que nos impide descartar la posibilidad de que ya manejara un conocimiento complejo del Universo.

Estrabón (64 BC – 24 AC), sugirió que probablemente los primeros en intuir que la Tierra no era plana fueron los marineros de tiempos de Homero gracias a sus observaciones del horizonte desde el mar. Sin embargo, nuestra Baitla ya conocía la navegación hace 60.000 años. El rastreo del ADN mitocondrial de los aborígenes australianos confirma dos cosas importantes. En primer lugar, que los marcadores genéticos australianos son ciertamente muy antiguos pero proceden de África y no al revés, y por otro lado, que en esa época distintos grupos humanos llegaron a Australia en oleadas diferentes lo que descarta la hipótesis de una entrada accidental en el continente.

Los sapiens debieron cruzar el mar a la altura de la Línea de Wallace utilizando pequeñas embarcaciones y convirtiéndose en los primeros primates en pisar el continente austral. Allí se convirtieron en cazadores-recolectores, desarrollaron una compleja tradición oral y un sistema de valores espirituales basados en la adoración de la tierra y en la creencia en un tiempo de ensoñación.

Durante su viaje nocturno junto a la chamana, Baitla observó el mismo tipo de fenómeno que experimentan los navegantes desde el mar.  Además de percibir claramente la línea circular del horizonte, observan que los barcos que se alejan parecen hundirse poco a poco en el mar, siendo la punta del mástil lo último en desaparecer de la vista. Es decir, los barcos no dejan de verse porque se hayan hecho muy pequeñitos a causa de la distancia, como sucedería si la Tierra fuera plana, sino porque se van ‘escondiendo’ tras la línea de horizonte. Lo mismo observó Baitla en el gran páramo vacío. Esta observación sugiere la curvatura de la Tierra.

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De momento no podemos saber si los sapiens arcaicos o los neandertales, ambos observadores inteligentes y dotados de una gran curiosidad, tuvieron en algún momento la intuición de que vivían sobre una bola que giraba alrededor del Sol. Lo cierto es que, creyeran lo que creyeran, su testimonio no ha llegado hasta nosotros, de manera que sólo podemos conjeturar hipótesis.

Es posible que Baitla, por otro lado, no tuviera muy desarrollado el concepto de la ‘esfericidad’, pues lo más probable es que imaginara que el Sol era plano. Sin embargo, conocía los cantos rodados por donde circulan las hormigas (a las que habría observado con detenimiento) y las frutas de los árboles. Quizás Baitla, seducida por su brillo, habría observado la trayectoria de una gota de rocío escurriendo por la superficie curva de una fruta, desarrollando así el concepto de ‘curvatura’.

Sin embargo, Baitla aún se encuentra alejada de lo que se conoce como ‘comportamiento moderno’. Los especialistas ponen mucho énfasis en señalar que la anatomía moderna evolucionó antes que el comportamiento moderno, el cual se caracteriza por la puesta en práctica del ingenio creativo humano.

Tradicionalmente se consideró al Paleolítico Superior (más o menos hace 40 mil años) como el momento clave de la aparición de dicho ‘comportamiento moderno’, el cual comportaría un cambio abrupto en los patrones de subsistencia, en la elaboración de herramientas y en la expresión simbólica de los sapiens modernos.

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Textos e ilustraciones de Paloma Pájaro.

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Esta entrada fue publicada en 27 enero, 2015 por en Astronomía, Paleolítico y etiquetada con , .